ENSOÑACIONES DE ELADIO
Era una finca verde y con frutales, con una casona amplia, llena de flores, salas y corredores, donde Eladio disfrutaba meditando las tardes de domingo echado en una hamaca de frente a la naturaleza y vigilado por un cielo azul que no lo quería abandonar.
Ese edén es ahora uno de los barrios de la comuna de Belén, atravesado por ruidosas avenidas, superpoblado y ultrajado por moles de veinticinco pisos.
Al pent-house de un edificio abandonado llega todas las tardes un astronauta que proviene de los cielos a regocijarse hilando su propio sistema filosófico. Aquel Eladio, fallecido hace años.