domingo, 20 de diciembre de 2015

CITAS DE “DER KETZER VON SOANA”Gerhart Hauptmann


"El Hereje de Soana" es la única novela del poeta y dramaturgo austríaco Gerhart Hauptmann, donde narra la aventura de un hombre (supuestamente el mismo escritor) que se va al encuentro de un extraño ser que vive en las montañas, logra entrar en confianza con él y recibe de este un manuscrito de un relato sobre las tribulaciones de un curita de un pueblo de la Suiza italiana, quien tratando de sanear las costumbres de una pecadora pareja incestuosa resulta perdidamente atraído por la bella y sensual hija de estos.


El primer encuentro con la muchacha, cuando el sacerdote se encontraba en la covacha del extraño Lucchino Scarabota y su mujer, tratando de atraerlos al redil católico:
Währenddessen kam eine etwa fünfzehnjähriges Mädchen herein, das einige Ziegen in die Öffnung des Stalles trieb... Der junge Priester wußte sofort, als er nur erst den Schatten des Mädchens durch die Tiefe der Höhle gleiten sah, daß es von ungewöhnlicher  Schönheit sein mußte. Er bekreuzte sich, denn er hatte einen leisen Schrecken unerklärlicher Art im Körper gespürt. Er wußte nicht, ob er in Gegenwart der jugendlichen Hirtin seine Ermahnungen wieder aufnehmen sollte. Zwar war sie, wie nicht zu bezweifeln war, von Grund aus verderbt, da Satan sie auf dem Wege der schwärzesten Sünde zum Leben erweckt hatte, aber es konnte doch noch ein Rest von Reinheit in ihr sein, und wer mochte wissen, ob sie von ihrem schwarzen Ursprung eine Ahnung hatte. Ihre Bewegungen zeigten jedenfalls eine große Gelassenheit, aus der man keineswegs auf Unruhe des Gemütes oder Gewissensbeschwernis schließen konnte. Im Gegenteil war alles an ihr von einer bescheidenen Selbstsicherheit, die durch das Dasein des Pfarrers nicht berührt wurde. Sie hatte Francesco bis jetzt nicht mit einem Blicke gestreift, wenigstens nicht so, daß er ihrem Auge begegnet wäre oder sie sonstwie ertappt hätte. Ja, während er selbst sie verstohlen durch die Brille beobachtete, mußte er mehr und mehr in Zweifel ziehen, ob wirklich ein Kind der Sünde, ein Kind solcher Eltern von dieser Beschaffenheit sein könnte. Endlich verschwand sie über eine Steigeleiter...
Mientras tanto llegó una muchacha como de quince años, que llevaba unas cabras a la entrada del establo... El joven sacerdote supo de inmediato, no bien vio la sombra de la muchacha en lo profundo de la caverna, que su belleza sería inusitada. Se santiguó, pues estaba sintiendo un leve estremecimiento de ignoto tipo en su cuerpo. No sabía si en presencia de la joven pastora debía reanudar su perorata. Por cierto era ella, sin lugar a dudas, una pervertida, pues Satán la había puesto en la senda de los más oscuros pecados, pero debía haber todavía algunos restos de pureza en ella y quien sabe si conocería algo de su sucio origen. Sus movimientos mostraban, en todo caso, una gran serenidad, lo que no permitía pensar que tuviera perturbaciones del ánimo o cargos de conciencia. Por el contrario, todo en ella mostraba una clara seguridad en sí misma, no alterada por la presencia del cura. Hasta el momento ella no había posado ni una mirada en Francesco, al menos no que se hubieran encontrado sus ojos o que él la hubiera sorprendido. Mientras el la observaba furtivamente a través de sus gafas, dudaba y dudaba si una hija del pecado, una hija de tales padres podía tener esta naturaleza. Finalmente, ella desapareció por una escalera...


Las ansias de volver a verla en la misa que prometió a su familia en una remota iglesita, para acercarlos a Dios, pero realmente más con el interés de reencontrar a la muchacha:

Er wünschte, so bald wie möglich die übernommene Pflicht zu tun, weil er dadurch vielleicht das Mädchen der Klauen des Höllenfürsten entreißen konnte. Er wünschte noch mehr: das Mädchen wiederzusehen, was er aber am meisten ersehnte, war die Befreiung, die er bestimmt erhoffte, von seinem martervollen Verzauberung.
Deseaba cumplir lo más pronto posible con la tarea prometida, porque quizás así podría arrebatar a la muchacha de las garras del príncipe de las tinieblas. Pero quería más: volver a verla; pero lo que más ansiaba era la esperada liberación del hechizo que lo martirizaba. 


El reencuentro, después de buscarla alrededor de la iglesita, porque estaba escondida:

Sie erhob sich, anscheinend träge und sah ihn unter gesenkten Wimpern mit einem ruhigen Blicke an. Dabei schien sie in lieblicher Weichheit leise zu lächeln, was aber nur mit der natürlichen Bildung des süßen Mundes, mit dem lieblichen Leuchten der blauen Augen und den zarten Grübchen der vollen Wangen zusammenhing.
Ella se levantó como con torpeza y lo miró serenamente a través de sus párpados entrecerrados. Parecía sonreír suavemente en un amoroso abandono, acorde con la natural expresión de su dulce boca, el amable fulgor de sus ojos azules y la tierna redondez de sus carrillos.

In seinem Blick lag schüchternes Zurückweichen und zugleich ein zärtliches Fordern: beides nicht mit der Heftigkeit tierischer Regungen, sondern unbewußt Blumenhaft. Schienen die Augen das Rätsel und das Märchen der Blume in sich zu schließen, so glich die ganze Erscheinung des Mädchens vielmehr einer schönen und reifen Frucht.
En su mirada se adivinaba un temeroso recato pero al tiempo, una tierna invitación: ambos sin la fuerza de un reclamo animal, sino inadvertidamente floridos. Así como los ojos parecían encerrar un enigma de flor, todo el aspecto de la muchacha semejaba un bello y maduro fruto.

Traducciones libres, con base en mi propia percepción de lo leído. Se aceptan correcciones y cuestionamientos.

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