viernes, 20 de octubre de 2017

Trozos de  "L’étranger" de Albert Camus


De esta obra que me fascinó, cuyo título ha sido, a mi juicio, mal traducido al español, destaco algunos pasajes que me impresionaron por las razones que allí expongo.
Digo que está mal traducido el título porque la palabra “étranger” tiene múltiples significados, tal vez todos con un mismo origen, pero ya muy diferenciados por el uso: extraño, ajeno, extranjero, forastero.  No encontré en la obra ningún extranjero, en el claro sentido que le damos en español a esta palabra: persona de otro país.  El protagonista desarrolla todas sus acciones, vive todas sus dichas y desgracias en su propio país, Argelia; en ningún momento es extranjero.  Su víctima tampoco es un extranjero; es de raza árabe, pero nada indica que venga de Arabia; más bien es uno de los muchos habitantes musulmanes del país, descendientes de remotos conquistadores árabes del norte del África.
En cambio, el protagonista sí es un hombre que desde el primer capítulo nos llama la atención por su extraño comportamiento, que no deja de serlo en los capítulos siguientes y aun mas extraño en la forma como se da su acción en el momento crucial de la obra.
Así que el libro en español no se debería llamar “El extranjero” sino algo así como “El extraño”.

I.

En este capítulo, nos narra el protagonista su asistencia al entierro de su madre.  Me llama la atención la manera como el autor pone el paisaje y el clima a representar esa desolación, angustia y sofoco que se sienten ante la muerte de un ser cercano.  Y es tan hondamente descriptivo, no obstante ser tan llano y conciso que, leyéndolo, siente uno el mismo calor y desespero que sintió alguna vez en cortejos fúnebres en tardes calcinantes.

Le ciel était déjà plein de soleil.  Il commençait à peser sur la terre et la chaleur augmentait rapidement.  Je ne sais pas pourquoi nous avons attendu assez longtemps avant de nous mettre en marche.  J’avais chaud sous mes vêtements sombres.
Ya estaba el cielo a pleno sol.  Comenzaba a asentarse sobre la tierra y el calor aumentaba muy rápido.  No sé por qué esperamos tanto tiempo antes de ponernos en marcha.  Sentía calor bajo mi ropa oscura.


À travers les lignes de cyprès qui menaient aux colines près du ciel, cette terre rousse et verte, ces maisons rares et bien dessinées, je comprenait maman.  Le soir, dans ce pays, devait être comme une trêve mélancolique.  Aujourd’hui, le soleil débordant qui faisait tressaillir le paysage le rendait inhumain et déprimant.
A través de las hileras de cipreses que llevaban a las colinas lindantes con el cielo, esta tierra colorada y verde, estas raras casas bien diseñadas, yo comprendí a mamá.  La vespertina en este país debía ser como un reposo melancólico.  Hoy, el desbordante sol que hacía reverberar el paisaje lo volvía inhumano y deprimente.


Je me suis aperçu qu’il y avait déjà longtemps que la campagne bourdonnait du chant des insectes et de crépitements d’herbe.  La sueur coulait sur mes joues.  Comme je n’avait pas de chapeau, je m’éventait avec mon mouchoir.
Caí en cuenta de que hacía ya rato que la campiña bullía con el canto de los insectos y el crujir de la hierba.  Me corría el sudor por las mejillas.  Como no tenía sombrero, me aireaba con el pañuelo.


J’étais un peu perdu entre le ciel bleu et blanc et la monotonie de ces couleurs, noir gluant du goudron ouvert, noir terne des habits, noir laqué de la voiture.
Me sentía perdido entre el cielo azul y blanco y la monotonía de los respectivos negro pegajoso del asfalto cuarteado, negro soso de las ropas y negro lustroso del coche.




Traducción libre con base en mi percepción de lo leído.  Se aceptan observaciones.

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